Con el ritmo de vida diario, el trabajo, las pantallas, hijos, traslados, y demás, muchas veces no alcanzamos a preguntarnos qué estamos sintiendo, ni cómo nos estamos sintiendo ante alguna situación o momento. Es muy importante darse el tiempo, parar un poco el ritmo acelerado actual y hacernos conscientes de nuestros sentimientos. Lo anterior como acto de conocimiento a uno mismo y amor propio. El amor propio es un término que alude al conjunto de emociones asociadas a evaluarse a uno mismo, a valorarse, cuidarse y tener autoestima. El amor propio, es decir, el quererse a uno mismo, va de la mano con cuidarse, darse tiempo para uno, para conectar con sus emociones, con el aquí y ahora, con lo que estoy sintiendo y cómo lo estoy sintiendo. La importancia de tener amor propio y autocuidado es tener consciencia de nuestro cuerpo y sentimientos, favorecer la salud mental y física, promoviendo el autoestima y autovaloración. Cuidar de uno mismo es fundamental, es una necesidad y es necesario para poder luego cuidar a los demás.La Organización Mundial de la Salud (OMS) expresa al autocuidado como:“las prácticas cotidianas y las decisiones sobre ellas, que realiza una persona, familia o grupo para cuidar de su salud, estas prácticas son de uso continuo y se emplean por libre decisión, con el propósito de fortalecer o restablecer la salud y prevenir las enfermedades”.
Existen muchas prácticas de autocuidado como son: el cuidado personal, como de higiene y vestimenta, realizar actividad física regular, debido a que mejora el estado de ánimo, el descanso: relajarse, disfrutar el tiempo libre, dormir, darse tiempo para uno. Realizar actividades como yoga, mildfulness: viene de la meditación. Realizar actividades motivantes y estimulantes para su propia satisfacción personal, cultivar la salud mental. Otra práctica de autocuidado es expresar cariño, dar afecto, sonreír, ser amable con personas cercanas. Ayudar y dejarse ayudar. Cuidar su entorno tanto en el ámbito ambiental, social y familiar. Mantener comunicación con sus amigos más cercanos, cultivando las relaciones interpersonales. Asistir a chequeos médicos para prevención de enfermedades. Evitar hábitos nocivos para su salud y mantener una alimentación adecuada.
Mantener una alimentación adecuada se ha hecho muy importante, debido a que el alimentarse saludablemente puede prevenir enfermedades y hacernos sentir mejor tanto física como mentalmente. Una alimentación equilibrada está compuesta de proteínas, carbohidratos complejos, verduras y hortalizas y grasas saludables, siendo necesario evitar alimentos ultraprocesados, calorías vacías, azúcares, bebidas azucaradas, alimentos con exceso de sodio y edulcorantes, entre otros. Además, es importante alimentarse de manera consciente, es decir, estar presente mientras comemos, evitando distracciones, saboreando la comida, de manera calmada, aceptando sensaciones y sentimientos mientras comemos. Aumentando así, la conciencia sobre el cómo elegir los alimentos, sabiendo cuándo empezar y cuándo terminar de comer, atendiendo al propio cuerpo, a las emociones y a los pensamientos.
Sin embargo, esto no significa que en ocasiones especiales o de vez en cuando no comas otro tipo de cosas, lo importante es la frecuencia del consumo. Si vas a comer algo que te guste, no hay problema, es el momento para que disfrutes lo que comes, lo saborees, sientas su textura y no sentir culpa por ello. Al otro día comienzas con tu alimentación habitual y no pasará nada. Esto también corresponde a un acto de amor propio y autocuidado, el saborear lo que te guste de vez en cuando, sin culpa, disfrutando el momento y el placer que te provoca.
Gabriela Wessel
Nutricionista y bióloga con mención en Bioprocesos